La Puerta de Alcalá es uno de los monumentos más prestigiosos de la capital de España. Fue diseñada por el urbanista Ángel Fernández de los Ríos en el año 1768 ya que fue expreso deseo de Carlos III, que vivía en el palacio del Buen Retiro y le confió el diseño y la ejecución de la obra para que sustituyese la antigua y deteriorada puerta existente, que estaba compuesta por dos torrecillas.
La Puerta de Alcalá es considerada una de las cinco antiguas puertas que daban acceso a Madrid. En la actualidad, es más una puerta monumental que se encuentra ubicada junto a la fuente de Cibeles y el Parque del Retiro.
Reconociendo su enorme valor artístico, es necesario señalar que el estilo de la Puerta de Alcalá es neoclásico, ya que, como podemos observar en la imagen, presenta cinco arcos de los cuales, tres son de medio punto (los tres principales), y dos adintelados (los dos de los extremos).
Se trata de uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad de Madrid y por ello también, ha sido testigo de numerosos acontecimientos, alguno de ellos trágico, como el asesinato en 1921 de Eduardo Dato, Presidente del Consejo de Ministros. Además, en 1823 recibió varias balas de cañón de las que hoy todavía tiene marcas.
En los casi más de dos siglos de existencia de la Puerta de Alcalá, ha llegado a ser restaurada en cinco ocasiones debido a los daños generales que ha sufrido a lo largo de su historia. Eso sí, los impactos en la Puerta han sido respetados por cada una de estas restauraciones. El origen histórico de dichos impactos no ha podido ser determinado.
La Puerta de Alcalá ha conseguido adquirir con el tiempo la categoría de símbolo madrileño, por lo que aparece en álbumes de postales, logotipos y diferentes referencias sobre la capital de nuestro país.
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